Yo no quiero morir: porque la muerte
mi vida acabará con mis dolores;
y no quiero, Señor, que mis amores
no tengan ya dolores que ofrecerte.
Yo no quiero morir: porque ese día
terminará esta lucha en que ahora peno,
y yo aspiro a la gloria de ser bueno
cuando puedo ser malo todavía.
Quiero la vida, sí, por emplearla
en lo único que puedo ennoblecerla,
¡por ponerla, Señor, a tu servicio!
¡por el goce interior de despreciarla!
¡por la gloria sublime de ofrecerla
como Tú la ofreciste, en sacrificio!
José María Pemán
(1898-1981)
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